viernes, 15 de enero de 2016

Sueño.




 Benditas fueron esas palabras,
malditas esas miradas,
maldita la noche,
malditas esas camas.

En ese preciso instante,
mis propias manecillas pausaron,
pausaron como mi sueño,
cesaron como mis latidos.

Reveladoras ojeras,
a mi pesar relevantes,
en la pausa de mis latidos,
esas nubes de palabras,
como la lluvia cesante.

Culpo al amor incondicionado,
alabo a esa pluma,
cuyos sueños s llevaron.

Bendito sea Dios,
cuyas manos cesantes,
cesan mis latidos,
cuyos ojos se llevaron.

2 comentarios:

  1. Gracias por compartir un poco de ti con ese poema,
    por cierto, te he otorgado un reconocimiento, si gustas checar las bases puedes verlas aquí:

    http://lephpasapagina.blogspot.mx/

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  2. Muchísimas gracias por ambas partes!! Ahora mismo me paso.

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